Son ya muchos los hombres y las mujeres que actúan con rectitud y honestidad.
Hay páginas bellas en los periódicos sobre los políticos honestos, los jueces rectos, los militares de honor… Y también hay historias sobre personas honradas que pertenecen al pueblo.
A pesar de que el salario no alcanza para vivir, hay muchos seres humanos que conservan sus valores: personas santas, buenas y maravillosas.